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La marca blanca de Podemos pretende echar a Mercadona del centro de un pueblo catalán

El supermercado de Mercadona en Ripollet, junto al mercado municipal

La marca blanca de Podemos Decidim Ripollet pretende echar a Mercadona del centro del municipio barcelonés, donde el grupo presidido por Juan Roig tiene una concesión que expira en 18 años. La intención de Mercadona es mantener la concesión hasta el final.

El Ayuntamiento ha lanzado globos sonda para expulsar al gigante de la distribución de la emblemática plaza Pere Quart, situada en el centro del pueblo, junto al mercado municipal. Mercadona ocupa espacio público a través de una concesión a 30 años, según han asegurado fuentes de la empresa a Vozpópuli, y su "intención a día de hoy es mantenerse hasta el fin del contrato". La licitación pública se realizó en 2006 en régimen de concesión por un período largo de tiempo. 

El gobierno municipal de Ripollet, con José María Osuna a la cabeza, ya preparaba un nuevo plan urbanístico en la anterior legislatura, pero finalmente no lo llevó a cabo ante las presiones de los comerciantes. Entre las medidas contempladas, se planteaba una reubicación del supermercado de Mercadona a la parte alta de la céntrica plaza, un lugar donde la mayoría de locales están en manos privadas y no públicas.

Según han asegurado varios comerciantes de la zona a Vozpópuli, el nuevo emplazamiento para el supermercado de Mercadona era irreal. "Nos echarían a todos nosotros a una de las zonas menos transitadas del pueblo", explican. Según el plan director de 2002, estos comercios se situarían en la plaza del Molí, muy cerca de una de las salidas del pueblo, en una zona con viviendas residenciales de nueva construcción, y con un espacio inferior al que tienen actualmente. 

"El ayuntamiento, a través de la concejal de la CUP Pilar Castillejo, nos dijo que Mercadona se tenía que ir de su ubicación actual", han asegurado comerciantes de la zona a Vozpópuli. "Ellos -en referencia al Consistorio- le habían comunicado al Mercadona que estaba en suelo público y que se tenían que marchar". "No podían estar", se les dijo. "Le obligaban a irse y se tienen que ir", afirmaban desde el Ayuntamiento, según la versión de los comerciantes. 

Castillejo vuelve a formar parte del equipo municipal tras el 26-M y desde el Consistorio dudan al responder sobre si Mercadona se irá o no. Este diario ha tratado de contactar con todos los responsables de la situación actual y futura de Mercadona, pero "están de vacaciones".

La propuesta, rechazada por los comercios

La propuesta del Ayuntamiento fue rechazada por los propietarios de estos comercios que no dependen de la mano pública. "Primero es porque la nueva ubicación escogida para el Mercadona es privada; segundo, porque en la plaza del Molí no hay espacio suficiente para albergar los actuales comercios que hay en la planta más alta del mercado municipal". "Arriba no van a poner un Mercadona", han considerado, más cuando se le exige a la empresa en cuestión "arreglar" su actual ubicación con una superficie más pequeña. "Mercadona no lo va a hacer", han asegurado. 

Fuentes de Mercadona niegan la mayor y aseguran que "nadie" del Ayuntamiento regido por Osuna se ha dirigido a ellos. Ni concejales ni el alcalde. En cuanto a la posible salida del centro del pueblo, afirman que "tienen intención de terminar el contrato". "Si el Consistorio quiere rescindir la concesión, un hecho que es posible, deberá pagar la correspondiente indemnización", han apuntado. "Por ahora, hoy por hoy, ni se plantean salir del centro", han asegurado.

La plaza municipal, de capa caída

Cada vez acuden menos consumidores a las tradicionales paradas del mercado, mientras una planta más abajo se suceden las colas para abonar la compra. En un inicio, la llegada de Mercadona se vio como un soplo de aire fresco, en pleno fin de la burbuja inmobiliaria. A partir de 2008, con la economía hundiéndose, Mercadona comenzó un estirón debido principalmente a los precios bajos de su marca Hacendado, hasta el punto de que cerraron supermercados cercanos a la plaza, como un Condis, reconvertido ahora en un local comercial regentado por una familia china. Otras tiendas de alimentación cercanas tuvieron que echar la persiana. Algunos culpan al gigante de la alimentación, otros a la calidad de los productos que ofertaban estas tiendas.

La propuesta de estos comerciantes para que Mercadona se instale en la parte noble del mercado municipal es a través de una "expropiación pagada a precio de mercado". Así se acabaron los primeros y últimos contactos con Pilar Castillejo, que no ha vuelto a aparecer por las tiendas.

Todo ello, mientras numerosos locales instalados en suelo municipal se están vaciando, primero ante la ausencia de público, y segundo por la falta de continuidad del negocio debido a las jubilaciones. "No es factible montar un negocio". 

Con la ubicación que pretende el Ayuntamiento, Mercadona tendría un lugar aún más privilegiado, con entrada directa al párquing situado en uno de los laterales del mercado municipal y en el centro del pueblo. Para ello no habría negociación entre la empresa privada y la pública, sino entre un particular y Mercadona.

"El mercado municipal se muere lentamente", señala uno de los preguntados. "Paradas vacías desde hace tiempo y sin relevo generacional", son los dos motivos que ven como propios, sin que Mercadona tenga que ver con estos problemas. 

En los últimos años y para reactivar el consumo se ha realizado una especie de fiesta de los comerciantes del pueblo, quienes instalan durante una noche al año su parada para vender su producto ya preparado, pero ni aún así consiguen atraer clientela fija. "Tan solo hay tres comercios que merecen la pena" de las cerca de cuarenta paradas que hay en todo el mercado municipal.