Economía

El aumento del paro condenará a la banca a un tasa de morosidad de hasta el 8%

Los expertos aseguran que por cada punto porcentual que sube el paro, aumenta el 0,75% la morosidad bancaria

Exterior de una Oficina de Empleo de Madrid.

La oleada de despidos que ha provocado el coronavirus tendrá efectos colaterales. Uno de los más preocupantes son los impagos al sector bancario, que aumentarán a medida que la población se queda en paro y sin ingresos y tiene más dificultades para pagar sus deudas (hipotecas, préstamos, etc.), lo que podría elevar la tasa de morosidad de los bancos hasta el 8%, según pronostican los economistas de Fedea y BBVA Research. 

Mientras el resto de shocks económicos desaparecerán antes (caída del consumo, de la compra de viviendas o de las exportaciones), estos expertos se muestran menos optimistas con la morosidad, que creen que pasará del nivel actual del 4,83% hasta el 8%. Estiman, en concreto, que por cada punto de aumento del desempleo la mora aumenta el 0,75%, por lo que pronosticar una tasa de morosidad del 8% supone asumir que la tasa de paro pasará -como poco- del 13,78% en que cerró 2019 al 18%.

"La tasa de morosidad detrae beneficios y frena la acumulación de capital bancario disponible para crédito, y se mantiene hasta el último trimestre del año 2021", advierten los colaboradores de Fedea Rafael Domenech, responsable de análisis económico de BBVA Research, José Emilio Boscá y Javier Ferri, ambos del departamento de Análisis Económico en la Universidad de Valencia.

Una década de esfuerzo

Y es que el sector ha tardado más de 10 años en reducir esta ratio por debajo del 5% y es por eso que las entidades de crédito no están dispuestas a volver a llenar sus balances de activos tóxicos. El sistema financiero ha conseguido que el Estado avale gran parte de los nuevos créditos que se darán por el coronavirus -el 80% en el caso de pymes y autónomos y el 70% en el de grandes empresas- y también ha logrado más flexibilidad del Banco de España para cuantificar esta nueva liquidez.

Con todas estas ventajas obtenidas es muy probable que la mora (estadio 3) y el seguimiento especial de estos créditos (estadio 2) no aumente en el corto plazo, reconocen diferentes fuentes consultadas por este medio, que añaden que por este motivo tampoco aumentarán las provisiones, lo que beneficia aún más al sector.

No obstante, las mismas fuentes reconocen que en el largo plazo, sin embargo, habrá que reflejar el incremento del perfil de riesgo de los créditos acreditados, lo que confirma las estimaciones de Fedea. Es más, refuerza la idea de que en algún momento se tendrán que cuantificar. De hecho, el mismo Banco de España ha pedido al sector que identifiquen todos los préstamos que se refinancien para hacer el seguimiento y reubicarlos, si procede, una vez haya pasado esta crisis. 

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La tasa de mora inició su tendencia ascendente a raíz de la pasada recesión en España, sobrepasando el umbral del 5% en noviembre de 2009 por primera vez desde 1996. La ratio continuó elevándose hasta cerrar en el 13,61 en 2013, el máximo histórico, un punto de inflexión a partir del cual comenzó a descender año tras año.